El aburrimiento en mi cabecita pensante
Viene el aburrimiento a visitarnos al unísono.
Aterriza en forma de historia sobre nuestras narices respingonas e inquietas,
tan solo por unos segundos y nos evade de esta desidia momentánea.
No se ve, no se siente, pero nos tocamos la nariz
Intuyo una forma redonda y suave, de color ocre y azul sedoso. Pero intento conocerle un poco mejor acariciando unos segundos más mi nariz respingona que mira la tuya.
Él nos habla y nos mira desde allí,
tiene todo el tiempo del mundo y toda la imaginación que cabe en esta sala de bóvedas de crucería.
Con su eterna paciencia es feliz de poder entrar unos segundos en nuestra cabecita pensante y crear historias que haremos nuestras aunque no sepamos muy bien qué hacer con ellas.
Yo, por fin, consigo hacerme con un papelito minúsculo y un bolígrafo negro para escribir esta historia que el aburrimiento vino a dejarme en mi cabecita pensante.
¿Qué vino a hacer a tu nariz? ¿te entretuvo tan bien como a mí? ¿tu historia se perdió entre los arcos de esta bóveda de crucería?