Sonríes, te excitas, te relajas como nunca antes lo habías hecho, te expandes dentro de ti y experimentas un nuevo estado que ni tu cuerpo ni tu mente antes había sentido.
Tus parpados pesan, tu aspecto es demoledor, pero tú sientes la paz interior, sabes que es necesario y que hay demasiada gente que no lo sabe, que no es consciente porque nunca le dedica tiempo a ello, viven en demasiadas cosas y no viven en sí mismos. Se han olvidado de FASCINARSE con pequeñas cosas, han desaprendido a hacer lo único que sabíamos hacer de niños.
Hemos desplazado la realidad más real por una realidad superficial en la cual solo hacemos que caminar sobre las cosas o pasar de largo, olvidar, omitir sentimientos y sensaciones, darle nuestra dedicación y tiempo a cosas banales y carentes de alma.
¿Por qué el ser humano es experto en simplificar su existencia, cuando, por el contrario, nos pasamos la vida pendientes de que nuestra vida no sea como la de los demás?
No es lo extraordinario en nuestras vivencias lo que hace diferente nuestra vida de las demás vidas, es FASCINARNOS con lo ordinario, algo que muy pocos continúan haciendo después de pasar su niñez.
Y yo también soy humana, la mayoría del tiempo me olvido de hacerlo y caigo en acciones banales, y me siento triste al reconocerlo, ¿cómo sería más fácil? ¿Cómo entrenar mi alma para ello? ¿Cómo evitar caer en la vida rutinaria del ser del S. XXI?